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Época Colonial Española Historia de Panamá
El 15 de agosto de 1519, Pedrarias Dávila funda Nuestra Señora de la Asunción de Panamá a orillas del Océano Pacífico, que aparte de responder a las instrucciones dadas por el Rey Fernando de erigir poblados, se transformó en el centro de la actividad del descubrimiento y obtención de riquezas, con la partida de expediciones hacia el istmo de Centroamérica y el Perú.

Las Bovedas en la Plaza de Francia
Simultáneamente a la fundación de Panamá, Pedrarias envía a su lugarteniente
Diego de Albítez a repoblar Nombre de Dios en el Océano Atlántico, sitio que había sido descubierto por Cristóbal Colón y ocupado con algunas chozas de paja por Nicuesa en 1510. Entre ambos puertos, se estableció el Camino Real, una ruta en tierra firme que atravesaba el Istmo de Panamá para el transporte de mercancías y metales preciosos entre ambos océanos.
Gaspar de Espinosa en compañía del piloto Juan de Castañeda parten en julio de 1519 con una expedición que visitaría las tierras de los caciques Paris, Escoria y Chagres, haciendo un reconocimiento de la costa septentrional del Mar del Sur, a bordo de los navíos de Balboa, el San Cristóbal y el Santa María de Buena Esperanza. En Punta Burica desembarca dispuesto a emprender su viaje de regreso a Panamá por tierra, mientras Juan de Castañeda continuaba la navegación hacia el norte hasta alcanzar el golfo de Nicoya en Nicaragua. En su camino de retorno Espinosa fue apresando indígenas con la finalidad de llevarlos a Panamá para ser repartidos en encomiendas. En 1520, Gaspar de Espinosa establece el asiento de Natá, en territorios fértiles convirtiéndose rápidamente en un centro agrícola y de frontera con Veragua. Pedrarias declara la fundación de Natá el 20 de mayo de 1522, la cual fue atacada por los indígenas dirigidos por el poderoso cacique Urracá, quien agrupó en torno suyo a los pueblos de las regiones de Chiriquí y Veraguas, creando una oposición al avance español en el área por casi una década. En 1531 muere el gran jefe indio Urracá.
Pedrarias, interesado en encontrar un estrecho marino que comunicara ambos mares, se dedicó a organizar una serie de expediciones como la de
Gil González Dávila y Andrés Niño que navegaron y desembarcaron en la actual Costa Rica y luego en Nicaragua. Gracias a los indígenas González Dávila conoció la existencia de dos grandes lagos, Nicaragua y Managua, pensando erróneamente que se trataba de un estrecho entre los mares.
Otra expedición organizada por Pedrarias fue la del capitán
Francisco Hernández de Córdoba, acompañado por Gabriel de Rojas, Francisco Campañón y Hernando de Soto, que partió a fines de 1523, con la misión de fundar poblaciones a lo largo de toda la tierra visitada por Gil González y Andrés Niño. Hernández de Córdoba visitó parte de Costa Rica y en 1524 fundó el asiento de Bruselas próximo a la actual Puntarenas, a orillas del lago Nicaragua fundó la ciudad de Granada y al norte del lago Managua erigió el asiento de León.
En
1523, Hernán Cortés había concluido la conquista del Imperio Azteca y con el propósito de encontrar un paso o estrecho entre los dos mares, envió a Pedro de Alvarado con destino a Guatemala y a Cristóbal de Olid con dirección a la actual Honduras, creando una situación de rencillas con Pedrarias.
Hacia
1526 tanto las exploraciones enviadas por Pedrarias desde Panamá como las de Cortés desde México habían demostrado que el tan ansiado estrecho de mar no existía en Centroamérica. Para entonces ya se habían cumplido seis años desde que Fernando de Magallanes el 28 de noviembre de 1520 descubriera en el extremo meridional del continente el estrecho de los Patagones que hoy lleva su nombre.
El
20 de mayo de 1524, Pedrarias autoriza la expedición de Francisco Pizarro, Diego de Almagro y el sacerdote Hernando de Luque, la cual parte el 14 de noviembre desde Panamá hacia la conquista del Perú.
Como resultado de las exploraciones en Centroamérica y el Perú, se produce un despoblamiento de los principales asentamientos en el istmo. Esta situación es mencionada por
Pedro Cieza de León en 1535, en una descripción de la ciudad de Panamá donde indica que habiendo muerto los antiguos conquistadores, los nuevos pobladores no pensaban en habitar Panamá más tiempo del necesario para hacerse ricos, sin miras a colonizar y establecerse en el istmo. Panamá dejó de ser el habitual centro de exploraciones, descubrimientos y conquista para convertirse en el sitio de paso de metales preciosos y productos americanos con destino a Europa, y a la vez de centro de comercio de manufacturas europeas con las que el Imperio Español abastecía a los mercados de las Indias Occidentales. La función de ruta de transito fue el papel que asumió el territorio panameño durante poco más de dos siglos en la época colonial española.

Iglesia de San Felipe Neri en el Casco Antiguo de la Ciudad de Panamá.
Las ferias realizadas en la costa atlántica del istmo de Panamá, primero en Nombre de Dios en
1544 y a partir de 1597 en Portobelo, tenían como objetivo primordial abastecer de artículos europeos los mercados americanos y enviar con destino a España los metales preciosos procedentes del Perú. La importancia de este evento de intercambio comercial se pone de manifiesto en los datos suministrados que indican que entre 1531 y 1660, de todo el oro que ingresó a España procedente del Nuevo Mundo, el 60% cruzó por el Istmo de Panamá. La última feria se realizó en Portobelo en 1737.
El camino real era casi intransitable en época de estación lluviosa por lo que se pensó en una nueva ruta. En
1536 se autorizó a la Municipalidad de Panamá a construir un almacén en Venta Cruz o Cruces a orillas del río Chagres, a siete millas de la ciudad de Panamá. Ante las deplorables condiciones en que se encontraba el camino real, en 1569 el Virrey del Perú, Francisco de Toledo, ordenó construir otro camino que pasara por Cruces, el cual fue llamado camino de cruces. El sitio del antiguo pueblo de Cruces se encuentra bajo las aguas del Lago Gatun en el Canal de Panamá.
El río Chagres represento para las autoridades españolas una posibilidad de servir como parte de una ruta transístmica navegable. Con este propósito, en
1527 el Gobernador Pedro de los Ríos instruyó a Hernando de la Serna, Miguel de la Cuesta y Pedro Corso para que hicieran exploraciones en el río Chagres, los cuales determinaron que era favorable para ser utilizado en una vía para comunicar ambos mares.
En
1529, Álvaro de Saavedra Cerón fue el primero en proponer la construcción de un canal interoceánico por el Istmo de Panamá, pero en 1533 Gaspar de Espinosa le escribe al Rey Carlos V de España señalándole que el río Chagres podría hacerse navegable a un costo muy bajo, siendo la ruta más útil del mundo, afirmando que un canal para la navegación puede ser excavado. Por órdenes de la Corona española se hicieron otras exploraciones en el río Chagres durante las Gobernaciones de Antonio de la Gama y Francisco de Barrionuevo sin resultados alentadores.
En
1537 se establece la Real Audiencia de Panamá, como entidad gobernadora con jurisdicción desde Nicaragua hasta el Cabo de Hornos. En 1542 se crea la Audiencia de de los Confines y del Perú, eliminando la de Panamá. El Istmo de Panamá fue parte política del Virreinato del Perú hasta 1739 donde se reordena el sistema político de las Indias y es asignado al Virreinato de Nueva Granada, sin embargo el istmo se manejo de una manera autónoma, ya que las grandes distancias y obstáculos naturales crearon una situación de incapacidad de poder del alejado Santa Fe.
La introducción de los negros en condición de esclavos provenientes de
Senegal y el Congo, ofreció resistencia como antes lo hizo el indio, con levantamientos y ataques al Camino de Cruces, por parte de los negros cimarrones como Felipillo y Bayano. La convivencia entre blancos criollos, indios y negros trajo una mezcla de razas en el istmo.
Durante los siglos XVI y XVII, Panamá fue blanco de constantes ataques por parte de corsarios, filibusteros y bucaneros, como
Francis Drake y Henry Morgan, así como algunos intentos escoceses de colonizar el Darien, en territorios denominados por ellos como Nueva Caledonia.
Para
1746 las flotas del Mar del Sur utilizaban la ruta del Cabo de Hornos, que aunque era mas larga en distancia, resultaba ser más segura. En 1753 se permitió a los barcos de registro utilizar el puerto de Buenos Aires y con las reformas de Carlos III en 1764 se comienza a abrir al comercio los puertos de España y las Indias, lo cual significó para el Istmo la postración económica. Los campos adquieren importancia económica debilitando la vida urbana.
Los movimientos separatistas transforman al istmo en sitio de exportador de ejércitos realistas, pues la situación de España y sus colonias se había agravado y los movimientos conducían a las guerras separatistas.
La
independencia de las 13 Colonias de Inglaterra en 1776 para constituirse en los Estados Unidos de América, acrecientan el tema de los movimientos independentistas de España por parte de varios panameños, que propugnaban por un régimen de libertades comerciales y civiles, contra el desgastado régimen monárquico. En 1812 se establece el Virreinato del Istmo de Panamá, como respuesta al contrabando y reestableciendo el comercio por el istmo.
La invasión napoleónica a España y las victorias de
Simón Bolívar en Boyacá debilitan el poder de la corona española en América, empobreciendo el comercio en el istmo. En 1815, Simón Bolívar en su profética carta de Jamaica habla de la asociación de los estados del Istmo de Panamá hasta Guatemala en una sola nación, la cual es vista con admiración por los panameños.