Por su condición de país insular, agrícola y ganadero, la República Dominicana ofrece una variedad de atractivos platos donde mezcla las influencias taínas, europea y africana en una explosión de sabor rica en matices y condimentaciones:
El Chenchén, plato típico del sur que consite en maíz partido en trozos pequeños y hervido durante horas con diversas especias, el que se acompaña de chivo guisado.
El Chacá, también a base de maíz, postre preparado con leche, azúcar y canela, así como leche de coco.
El pescado y el moro de guandules con coco, típico de Samaná.
El arroz con frijoles, infaltable en la mesa del dominicano, se cocina de diferentes maneras.
El plátano, con el que se prepara el mangú, el mofongo y los pasteles en hoja.
La yuca, con la que se elabora, además del casabe una empanada rellena de carne, queso o pollo denominada catibía.
Así como frituras diversas y pastelones o chicharrones de cerdo y embutidos: longaniza, butifarra y morcilla son parte de las comidas populares, al igual que el yaniqueque, torta de harina frita en abundante aceite, arepitas de maíz y yuca, torrejitas de bacalao, vísceras de cerdo y pollo fritas o gruisadas, batata frita, mondongo, pata de vaca guisada, cocido criollo y otros.
Platos de la típica cocina criolla son: el arroz mezclado con habichuelas o guandules se llama moro; la misma mezcla, pero bien jugosa es el chambre; el plátano maduro, con azúcar y canela los plátanos maduros al "caldero", y las habichuelas con las que se prepara un postre muy típica de Cuaresma llamada habichuelas con dulce.