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Cristóbal Colón escribió que los arawak fueron amistosos. Les trajeron loros y pelotas de algodón y lanzas y otras cosas, que ellos cambiaron por objetos de cristal y las campanas de los halcones. "De buen grado negociaron todo lo que ellos poseyeron... ellos no llevaban armas, y no las conocen, ya que les mostré una espada, ellos la tomaron por el borde y se cortaron por la ignorancia.... Sus lanzas están hechas de madera. Con cincuenta hombres nosotros podríamos subyugarlos a todos y hacerles hacer lo que quisiéramos".
Claro, todo esto desde el punto de vista europeo. Aquí se inició una positiva relación para los españoles, relación que no duraría demasiado y sería fatal para los indígenas. Aunque el pueblo taíno de la época de la invasión española era un pueblo amistoso eso no significaba que no defendieran agresivamente sus posesiones. Por mucho tiempo se ha tomado en cuenta el lado "romántico" en muchos casos de la historia escrita por los cronistas españoles. En realidad los pueblos arahuacos del Caribe habían frenado la expansión caribe, llegando estos hasta las
Islas Vírgenes y se rebelaron contra los españoles.
Las estimaciones de la población de arahuaca hablan de 100.000 a 400.000. Este número se redujo debido a las guerras, la emigración masiva y a las enfermedades traídas por los invasores españoles, sobre todo la viruela.
Muchos historiadores hablan de la extinción de los taínos pero realmente decenas de miles de indígenas sobrevivieron en las áreas montañosas o se mezclaron (que no es lo mismo que extinción) con los españoles. Este hecho es más visible en Puerto Rico donde estudios científicos con ADN y otros estudios como el llamado "diente de pala" comprueban una fuerte influencia indígena en la mayoría de la población. Los taínos también fueron víctimas de genocidio. A este genocidio antecedió el del pueblo siboney. Al disminuir la mano de obra indígena, usaron esclavos capturados en
África para suplir los requerimientos de mano de obra, este hecho se dio con mayor vigor en La Española, Jamaica y Cuba. El pueblo caribe logró mantener en algunos lugares su independencia cultural, aunque hay asociaciones indígenas que han revitalizado la cultura arahuaca, como el Club Arawak de San Pedro Garza García, en el estado mexicano de Nuevo León y algunos grupos en Puerto Rico.
En
Surinam todavía se hablan lenguas arawakanas. En la costa Caribe de Venezuela y Colombia, los Wayúu, cuya población es de más de 300.000 personas en La Guajira y Zulia, son Arawak; en tanto que en los Llanos colombianos quedan tan sólo 200 Achagua, en el Meta. Otros pueblos arahuacos perduran en los Andes peruanos y en la Amazonia en Brasil, Venezuela y Colombia, donde viven, por ejemplo, los Kurripako y los Yucuna.