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:: Siglo XVVII y XVIII: Colonización Portuguesa

Aunque la llegada de los portugueses a tierras brasileras ocurrió en el año de 1500, fueron necesarios más de doscientos años para que la región del Valle del Río Branco fuese encontrada por los primeros colonizadores; Los primeros portugueses llegaron a una zona habitada por diferentes tribus indígenas y poco después se vieron envueltos en una serie de contiendas, pues el Imperio Español promovía invasiones a ese territorio desde la entonces Provincia de Guayana al igual que los holandeses lo hacían desde la Guyana; sin embargo, estos colonos lograron mantener la soberanía portuguesa de la región, derrotando y expulsando a los invasores.
Los primeros lideres portugueses en llegar a la región fueron el capitán
Francisco Ferreira y el sacerdote carmelita Jerónimo Coelho. Ellos llegaron con el objetivo de atrapar indígenas y recoger huevos de tortuga para producir aceites. Tiempo después, llegaron a la región Cristovao Aires Botelho y Lorenzo Belfort siendo los primeros en sobrepasar el raudal de Bem Querer. José Miguel Aires también remontó el Río Branco con el objetivo de atrapar indígenas y venderlos en los mercados de Belém do Pará y San Luis de Marañón como esclavos. Otro comerciante esclavista fue el holandés Nicolau Horstman que partió de Paramaribo, capital de la entonces Guyana Holandesa, y navegó el río Branco en el año de 1741 estableciendo el comercio de esclavos en los ríos Jauaperí y Takutu.
Entre los años de
1771 y 1773, los españoles partieron desde el río Orinoco, atravesaron la cordillera de Pacaraima e invadieron las márgenes del río Uraricorea para luego fundar tres poblaciones (Santa Bárbara, San Juan Bautista de Caya Caya y Santa Rosa). Sin embargo, no resistieron los ataques portugueses y terminaron siendo expulsados de la región. En vista de la codicia de varias potencias europeas por la región, los portugueses decidieron construir una fortaleza llamada Fuerte de San Joaquín que permitió afianzar la soberanía lusitana sobre Roraima.
Además de la construcción del fuerte, se construyeron tres poblaciones que fueron habitadas por los indígenas, obligados por los colonos portugueses: En las márgenes del río Uraricorea se fundó la población de Nossa Senhora da Conceição e Santo Antônio, en el río Tacutu São Felipe y en el río Branco Nossa Senhora do Carmo e Santa Bárbara. Estos asentamientos desaparecieron en poco tiempo debido a que los indígenas se rebelaron contra los colonizadores y terminaron por abandonarlos luego de la denominada
revuelta de la playa de sangre en el año de 1790; esta revuelta debe su nombre al hecho que hubo una gran cantidad de muertos entre los dos bandos que llegaron a teñir de sangre las aguas del río Branco.
El fin del siglo XVIII marca el inicio de una economía basada en la cría de
ganado. El comandante Manuel da Gama Lobo D'Almada fue el pionero, pues en el año de 1789 introdujo el ganado bovino y equino en la región con el objetivo de mantener a los colonos portugueses en el lugar. La cría se inició en la hacienda São Bento para después concentrarse en la hacienda São José y establecerse definitivamente en la hacienda São Marcos en el año de 1799. Debido a que no existían cercados o muros para limitar el territorio de las haciendas los animales se dispersaron por la región rápidamente. Esto permitió que algunos comerciantes aprovecharan para robar animales e iniciar nuevas haciendas. Los indígenas se convirtieron en excelentes ganaderos, fama que los Macuxis mantienen hasta el día de hoy.