Pizarro, FranciscoNacionalidad: EspañaTrujillo 1478 - Cuzco 26-6-1541 Conquistador
Como la mayor parte de los conquistadores castellanos, Pizarro era de origen humilde, concretamente el hijo natural de un alférez del ejército de los Reyes Católicos. Pronto se incorporó a las expediciones que se dirigían a América, participando como lugarteniente de Alonso de Ojeda en la conquista de Caribana. También tomó parte en la expedición que fundó Santa María la Antigua, junto a Martín Fernández de Enciso, y acompañó a Núñez de Balboa en el descubrimiento del Océano Pacífico en 1513. Como recompensa por estas acciones, Pizarro recibió del gobernador Pedro Arias de Avila la alcaldía de la ciudad de Panamá. En 1524 se asoció con Diego de Almagro y el clérigo Hernando de Luque para descubrir el Imperio de los Incas, objetivo que Pascual de Andagoya abandonó tras su enfermedad. Tres fueron los viajes que efectuaron antes de conseguir la definitiva conquista. El primer viaje se realizó en 1524 y tuvo como punto de partida Panamá, participando en la empresa 112 hombres. Pizarro partió en primer lugar y fue seguido por Almagro con 80 hombres más pero la aventura se saldó en fracaso ya que los indios con los que se encontraron no les recibieron amigablemente y Almagro perdió un ojo por culpa de una flecha. Pizarro no se amilanó por la desgraciada operación e inició una segunda expedición en 1526. También partieron de Panamá alcanzando la isla del Gallo. El hambre y las enfermedades diezmaron a la escasa tropa por lo que Almagro regresó a Panamá en busca de provisiones. Pizarro se mantuvo en la isla junto a un amplio grupo de hombres que se negaban a continuar. La llegada de Almagro a Panamá sirvió para que el gobernador Pedro de los Ríos -convencido de la inutilidad de la empresa- enviara una expedición para recoger al conquistador y sus hombres. Pizarro se negó a embarcar junto a 13 fieles -los llamados "Trece de las fama"- y permaneció en la isla hasta que en 1528 uno de sus pilotos llegó a isla del Gallo con un barco, dispuesto a seguir a su jefe en la empresa peruana. La costa ecuatoriana fue explorada y llegaron a Tumbez, ciudad que confirmaba la existencia del reino que buscaban. El 3 de mayo de 1528 Pizarro decidía regresar a Panamá donde se encontró con la tajante negativa del gobernador a apoyar la empresa. El siguiente paso de Pizarro será hacer un viaje a España para informar al emperador Carlos de las riquezas de Tumbez. En Toledo conoció al ya famoso Hernán Cortés y consiguió la firma de la Capitulación de Toledo -26 de julio de 1529- por la cual se concedía a Pizarro el cargo de Capitán General y Gobernador de Nueva Castilla, nombre otorgado a las tierras peruanas, así como una pensión de 1.000 ducados. Almagro recibiría el título de hidalgo y el oficio de alcaide de Tumbez mientras que Luque obtendría el obispado de Nueva Valencia y los "Trece de la fama" recibían el privilegio de hidalguía. Para la próxima y definitiva expedición involucró a sus hermanos Hernando, Juan y Gonzalo. A su llegada a Panamá Pizarro y Almagro se enzarzaron en una disputa por los beneficios obtenidos por el primero en la capitulación, disputas que se solventaron cuando se inició el tercer viaje, a principios de 1531. Al llegar a Tumbez contemplaron como la ciudad había sido arrasada con motivo de la guerra civil entre Huascar y Atahualpa, iniciada al fallecer el padre de ambos, Huayna Capac. La primera decisión de Pizarro sería penetrar en el país incaico manteniendo a sus tropas a pie y a caballo en las cercanías del litoral. Llegados a la localidad de Saña se dirigieron al corazón del Imperio: los Andes. A pesar de las dificultades, el 15 de noviembre de 1532 alcanzaron Cajamarca, encontrándose la ciudad abandonada. Se envió una embajada a Atahualpa -reciente vencedor de su rival, Huascar- en la que se le indicaba la presencia hispana en la zona y los deseos de reunirse con él. Atahualpa llegó acompañado de 10.000 quiteños desarmados lo que facilitó su captura. El inca ofreció a los españoles una gran cantidad de riquezas a cambio de la libertad. Las riquezas llegaron con fluidez a Cajamarca y serían repartidas entre los conquistadores. Temiendo que los recién llegados nombraran inca a Huascar, Atahualpa mandó asesinar a su rival, aportando a Pizarro una excelente excusa para condenarle a muerte. Atahualpa será ejecutado el 26 de julio de 1533. En agosto Pizarro -acompañado de las escasas tropas españolas y de los auxiliares quechuas, enemigos de la dominación inca- se dirige a Cuzco, la capital del Imperio Inca, tomando la ciudad y convirtiéndose en el dueño del Perú, a pesar de reconocer como inca a un tercer hermano, Manco Cayac. El 18 de enero de 1535 se funda la nueva capital, la Ciudad de Los Reyes, la actual Lima. Almagro es nombrado gobernador de Nueva Toledo -las tierras del sur del dominio de Pizarro- y parte hacia la región de Chile para realizar su conquista. En Cuzco se reproducirán los momentos de tensión al huir de la ciudad el inca Manco, quien organizó un potente ejército y regresó a la capital para enfrentarse a Pizarro. El regreso de Almagro de tierras chilenas -debido a no poder someter a las guerreras tribus de la región- resultó providencial ya que los sublevados tuvieron que levantar el sitio, refugiándose en Vilcabamba desde donde Manco inició una guerra de guerrillas contra los conquistadores. Inmediatamente se desencadenó una guerra abierta entre los partidarios de Almagro y los de Pizarro, lucha que se saldó con la muerte de Almagro en la Guerra de Salinas al ser hecho prisionero, juzgado y ejecutado (1538). El hijo de Almagro, también llamado Diego de Almagro "el Mozo", decidió vengar la muerte de su padre por lo que invadió el palacio del gobernador Pizarro en la Ciudad de los Reyes, donde el conquistador de Trujillo ponía fin a sus días el 26 de junio de 1541.
Como la mayor parte de los conquistadores castellanos, Pizarro era de origen humilde, concretamente el hijo natural de un alférez del ejército de los Reyes Católicos. Pronto se incorporó a las expediciones que se dirigían a América, participando como lugarteniente de Alonso de Ojeda en la conquista de Caribana. También tomó parte en la expedición que fundó Santa María la Antigua, junto a Martín Fernández de Enciso, y acompañó a Núñez de Balboa en el descubrimiento del Océano Pacífico en 1513. Como recompensa por estas acciones, Pizarro recibió del gobernador Pedro Arias de Avila la alcaldía de la ciudad de Panamá. En 1524 se asoció con Diego de Almagro y el clérigo Hernando de Luque para descubrir el Imperio de los Incas, objetivo que Pascual de Andagoya abandonó tras su enfermedad. Tres fueron los viajes que efectuaron antes de conseguir la definitiva conquista. El primer viaje se realizó en 1524 y tuvo como punto de partida Panamá, participando en la empresa 112 hombres. Pizarro partió en primer lugar y fue seguido por Almagro con 80 hombres más pero la aventura se saldó en fracaso ya que los indios con los que se encontraron no les recibieron amigablemente y Almagro perdió un ojo por culpa de una flecha. Pizarro no se amilanó por la desgraciada operación e inició una segunda expedición en 1526. También partieron de Panamá alcanzando la isla del Gallo. El hambre y las enfermedades diezmaron a la escasa tropa por lo que Almagro regresó a Panamá en busca de provisiones. Pizarro se mantuvo en la isla junto a un amplio grupo de hombres que se negaban a continuar. La llegada de Almagro a Panamá sirvió para que el gobernador Pedro de los Ríos -convencido de la inutilidad de la empresa- enviara una expedición para recoger al conquistador y sus hombres. Pizarro se negó a embarcar junto a 13 fieles -los llamados "Trece de las fama"- y permaneció en la isla hasta que en 1528 uno de sus pilotos llegó a isla del Gallo con un barco, dispuesto a seguir a su jefe en la empresa peruana. La costa ecuatoriana fue explorada y llegaron a Tumbez, ciudad que confirmaba la existencia del reino que buscaban. El 3 de mayo de 1528 Pizarro decidía regresar a Panamá donde se encontró con la tajante negativa del gobernador a apoyar la empresa. El siguiente paso de Pizarro será hacer un viaje a España para informar al emperador Carlos de las riquezas de Tumbez. En Toledo conoció al ya famoso Hernán Cortés y consiguió la firma de la Capitulación de Toledo -26 de julio de 1529- por la cual se concedía a Pizarro el cargo de Capitán General y Gobernador de Nueva Castilla, nombre otorgado a las tierras peruanas, así como una pensión de 1.000 ducados. Almagro recibiría el título de hidalgo y el oficio de alcaide de Tumbez mientras que Luque obtendría el obispado de Nueva Valencia y los "Trece de la fama" recibían el privilegio de hidalguía. Para la próxima y definitiva expedición involucró a sus hermanos Hernando, Juan y Gonzalo. A su llegada a Panamá Pizarro y Almagro se enzarzaron en una disputa por los beneficios obtenidos por el primero en la capitulación, disputas que se solventaron cuando se inició el tercer viaje, a principios de 1531. Al llegar a Tumbez contemplaron como la ciudad había sido arrasada con motivo de la guerra civil entre Huascar y Atahualpa, iniciada al fallecer el padre de ambos, Huayna Capac. La primera decisión de Pizarro sería penetrar en el país incaico manteniendo a sus tropas a pie y a caballo en las cercanías del litoral. Llegados a la localidad de Saña se dirigieron al corazón del Imperio: los Andes. A pesar de las dificultades, el 15 de noviembre de 1532 alcanzaron Cajamarca, encontrándose la ciudad abandonada. Se envió una embajada a Atahualpa -reciente vencedor de su rival, Huascar- en la que se le indicaba la presencia hispana en la zona y los deseos de reunirse con él. Atahualpa llegó acompañado de 10.000 quiteños desarmados lo que facilitó su captura. El inca ofreció a los españoles una gran cantidad de riquezas a cambio de la libertad. Las riquezas llegaron con fluidez a Cajamarca y serían repartidas entre los conquistadores. Temiendo que los recién llegados nombraran inca a Huascar, Atahualpa mandó asesinar a su rival, aportando a Pizarro una excelente excusa para condenarle a muerte. Atahualpa será ejecutado el 26 de julio de 1533. En agosto Pizarro -acompañado de las escasas tropas españolas y de los auxiliares quechuas, enemigos de la dominación inca- se dirige a Cuzco, la capital del Imperio Inca, tomando la ciudad y convirtiéndose en el dueño del Perú, a pesar de reconocer como inca a un tercer hermano, Manco Cayac. El 18 de enero de 1535 se funda la nueva capital, la Ciudad de Los Reyes, la actual Lima. Almagro es nombrado gobernador de Nueva Toledo -las tierras del sur del dominio de Pizarro- y parte hacia la región de Chile para realizar su conquista. En Cuzco se reproducirán los momentos de tensión al huir de la ciudad el inca Manco, quien organizó un potente ejército y regresó a la capital para enfrentarse a Pizarro. El regreso de Almagro de tierras chilenas -debido a no poder someter a las guerreras tribus de la región- resultó providencial ya que los sublevados tuvieron que levantar el sitio, refugiándose en Vilcabamba desde donde Manco inició una guerra de guerrillas contra los conquistadores. Inmediatamente se desencadenó una guerra abierta entre los partidarios de Almagro y los de Pizarro, lucha que se saldó con la muerte de Almagro en la Guerra de Salinas al ser hecho prisionero, juzgado y ejecutado (1538). El hijo de Almagro, también llamado Diego de Almagro "el Mozo", decidió vengar la muerte de su padre por lo que invadió el palacio del gobernador Pizarro en la Ciudad de los Reyes, donde el conquistador de Trujillo ponía fin a sus días el 26 de junio de 1541.