Durante esta etapa desarrolla también los edificios del conjunto de la Facultad de Ingeniería (1949-1967), comenzados a finales de los cuarenta. Concebidos en su mayoría como cuerpos bajos, muy sencillos, destinados a servir como lugares de trabajo y estudio, con laboratorios y aulas, constituyen parte del tejido que va formando el conjunto de la Ciudad Universitaria. Siendo edificaciones eminentemente funcionales, Villanueva no deja de crear en ellas atractivos espacios y recorridos, pasillos cubiertos que unen a los edificios entre sí y auditorios que emergen como volúmenes prismáticos a modo de esculturas, siendo la Biblioteca de la Escuela Básica de Ingeniería (1949-1950), la pieza más destacada del conjunto.