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Sus tres primeros libros, de estilo modernista, fueron el poemario Las lenguas de diamante (1919), la colección de prosa poética El cántaro fresco (1920) y el poemario Raíz salvaje (1922). Tuvieron repercusión internacional y fueron traducidos a varias lenguas.
La originalidad de su estilo consistió en unir el rico cromatismo con imágenes modernistas, dándole un sentido optimista de la vida, con un lenguaje sencillo, sin complejidades conceptuales, que redunda en una expresividad fresca y natural. A partir de entonces, publicó más de treinta libros, la mayoría de los cuales fueron colecciones de poesía, aunque escribió también memorias de su infancia, como Chico Carlo (
1944), y un libro para niños (ver Obras). Su amplia popularidad la hizo merecedora del sobrenombre de Juana de América, con el que se le rindió un homenaje oficial en 1929. Por su parte, ella se declaró “hija de la naturaleza”.