Costa Rica
Limita al norte con Nicaragua, al este con el mar Caribe, al sureste con Panamá, y al sur y oeste con el océano Pacífico.
La isla del Coco, deshabitada y cubierta por denso bosque tropical, se halla situada a unos 480 km al suroeste de la península de Osa en el océano Pacífico y forma parte del territorio nacional.
Los once volcanes de Costa Rica se encuentran ubicados en las cordilleras Central y de Guanacaste.
Se destaca el volcán Poás, ubicado en el Parque Nacional del mismo nombre, en la provincia de Alajuela, con una extensión de 5,600 hectáreas. Su cráter, el más grande del mundo, es un lago de casi 2 km de diámetro y 300 metros de profundidad; debido a sus erupciones es uno de los pocos lagos acidógenos del mundo, además se ha ganado la fama de ser el más extenso calentador del planeta. Aunque la vida silvestre en el parque es escasa, hay 80 especies de aves, entre las que destacan los colibríes y el resplandeciente quetzal.
El espectáculo del volcán Irazú compite en belleza con el del Poás.
Relatan que debido al impacto visual de su paisaje, las bajísimas temperaturas del lugar y su magnetismo le hicieron decir a Neil Amstrong, primer hombre en pisar la Luna, que no existe otro lugar en la tierra más parecido a dicho astro.
También el volcán Rincón de la Vieja, ubicado en el lado sur de la cordillera de Guanacaste, y sus alrededores, presentan lugares de increíble belleza como Las Pailas y Las Hornillas, en los que se produce una armoniosa combinación de montaña, bosque, cielo despejado o nuboso que varía según el lugar, flora, fauna y avifauna.
En el Parque Nacional Chiripó, el visitante tiene la oportunidad de pernoctar en refugios ubicados a distintos niveles de altura, lo que le permite durante todo el día emprender atractivas excursiones, como la escalada al cerro Chiripó, la montaña más alta de Costa Rica (3,820 m.), ubicada en la cordillera de Talamanca, aventura en la que se desafía frecuentes vientos, frías lloviznas y cambios de temperatura, para desde la cima extasiarse en uno de los más hermosos paisajes costarricenses y contemplar los dos océanos que bañan su territorio.
Limita al norte con Nicaragua, al este con el mar Caribe, al sureste con Panamá, y al sur y oeste con el océano Pacífico.
La isla del Coco, deshabitada y cubierta por denso bosque tropical, se halla situada a unos 480 km al suroeste de la península de Osa en el océano Pacífico y forma parte del territorio nacional.
Los once volcanes de Costa Rica se encuentran ubicados en las cordilleras Central y de Guanacaste.
Se destaca el volcán Poás, ubicado en el Parque Nacional del mismo nombre, en la provincia de Alajuela, con una extensión de 5,600 hectáreas. Su cráter, el más grande del mundo, es un lago de casi 2 km de diámetro y 300 metros de profundidad; debido a sus erupciones es uno de los pocos lagos acidógenos del mundo, además se ha ganado la fama de ser el más extenso calentador del planeta. Aunque la vida silvestre en el parque es escasa, hay 80 especies de aves, entre las que destacan los colibríes y el resplandeciente quetzal.
El espectáculo del volcán Irazú compite en belleza con el del Poás.
Relatan que debido al impacto visual de su paisaje, las bajísimas temperaturas del lugar y su magnetismo le hicieron decir a Neil Amstrong, primer hombre en pisar la Luna, que no existe otro lugar en la tierra más parecido a dicho astro.
También el volcán Rincón de la Vieja, ubicado en el lado sur de la cordillera de Guanacaste, y sus alrededores, presentan lugares de increíble belleza como Las Pailas y Las Hornillas, en los que se produce una armoniosa combinación de montaña, bosque, cielo despejado o nuboso que varía según el lugar, flora, fauna y avifauna.
En el Parque Nacional Chiripó, el visitante tiene la oportunidad de pernoctar en refugios ubicados a distintos niveles de altura, lo que le permite durante todo el día emprender atractivas excursiones, como la escalada al cerro Chiripó, la montaña más alta de Costa Rica (3,820 m.), ubicada en la cordillera de Talamanca, aventura en la que se desafía frecuentes vientos, frías lloviznas y cambios de temperatura, para desde la cima extasiarse en uno de los más hermosos paisajes costarricenses y contemplar los dos océanos que bañan su territorio.