A este primer gobierno correspondería la difícil, desagradable e ingrata tarea de formalizar los vínculos de dependencia con Estados Unidos. A tal efecto, se firmó un conjunto de tratados que incluían el de Reciprocidad Comercial, que aseguraba a Estados Unidos el control del mercado cubano y consolidaba la estructura monoproductora de la economía cubana, el Tratado Permanente, que daba forma jurídica a las estipulaciones de la Enmienda Platt y el destinado a definir el emplazamiento de las estaciones navales norteamericanas.La peculiar austeridad del Presidente Estrada Palma le hizo ganarse un prestigio de honestidad mucho más cimentado por la desfachatez de los que le sucedieron en la jefatura del gobierno. En cambio, el anciano presidente no pudo sustraerse a las ambiciones políticas y se hizo reelegir mediante unas elecciones amañadas que inauguraron una invariable tradición en la historia de la República.
El hecho provocó la sublevación del opositor Partido Liberal, desencadenando los acontecimientos que condujeron a una nueva intervención norteamericana. Durante casi tres años, 1906-1909, la Isla se mantuvo bajo la administración estadounidense, período que contribuiría a definir los rasgos del sistema republicano con una curiosa combinación de normación jurídica y corrupción gubernativa. Uno de los campamentos establecidos por las tropas intervencionistas norteamericanas a partir de 1906. Jardines de la Plaza de Armas, frente al antiguo Palacio de los Capitanes Generales. La Habana.