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Aunque actuando en difíciles condiciones, las fuerzas mambisas recibían con cierta periodicidad los recursos bélicos remitidos desde la emigración por el Partido Revolucionario Cubano que, unido al armamento arrebatado al enemigo, le permitían mantener su capacidad combativa.En diciembre de 1896 se produce la caída de Maceo en el combate de San Pedro, y es sustituido en el cargo de Lugarteniente General del Ejército Libertador por Calixto García, otro brillante general de la Guerra de los Diez Años. Gómez decide entonces concentrar sobre sí lo mejor de las fuerzas españolas, a las que somete a una demoledora campaña de desgaste en el centro de la Isla. Deja así las manos libres a García, quien libra importantes combates en Oriente, y logra la captura de las plazas fortificadas de Tunas y Guisa. Mientras, en occidente se producen miles de acciones de mediana y pequeña escala. La suerte del colonialismo español estaba echada.El desarrollo de la revolución en Cuba, visto con creciente simpatía por el pueblo norteamericano, hacen que el 19 de abril ambas Cámaras del Congreso estadounidense aprueben la Resolución Conjunta mediante la cual el gobierno de Washington intervenia en el conflicto. Según el documento Cuba debia ser libre e independiente y Estados Unidos se retiraria de la isla cuando existieran las garantias de un gobierno estable. Cediendo en parte a presiones estadounidenses, España otorga la autonomía a Cuba, medida tardía que no surte el efecto esperado.
Se produce entonces -febrero de 1898- la explosión del acorazado Maine en el puerto habanero, hecho que Washington tomará como pretexto para movilizar la opinión pública e intervenir directamente en la guerra.

Aunque admite formalmente la independencia de Cuba, sin reconocer sus instituciones, Estados Unidos entra en guerra con España y, con la colaboración de las fuerzas mambisas, desembarca sus tropas en la costa sur de la zona oriental de Cuba. Las acciones se libran en torno a Santiago de Cuba.La flota española ha quedado bloqueada en el puerto santiaguero, intenta una salida en la cual es aniquilada por la superioridad de las fuerzas navales norteamericanas. Tras el asalto a las defensas externas de la ciudad por las fuerzas cubano-estadounidenses, el mando español decide rendirse. Hecho sintomático: los jefes militares cubanos, encabezados por Calixto García son excluidos del acto de rendición y se prohíbe la entrada de sus fuerzas en la ciudad. Meses después, según el Tratado de París, España traspasará Cuba a los Estados Unidos sin que se tuviesen en cuenta para nada las instituciones representativas del pueblo cubano.